DE LOS CHOROS DEL CANASTO A LA PORFÍA DE SER CIUDAD

Cuando volví a San Antonio, a fines del 2013, me encontré con el Pato Karriel, a quien había conocido en 2009 en el Taller de Poesía de la Sebastiana en Valparaíso. Con él aprendí un montón de cosas pero, sobre todo, a jugarse por lo que uno cree. Pato siempre fue el más choro y el más porfiado de todxs.

Pato, Miguel, Adán y Natalia llevaban un tiempo buscando y haciéndose los espacios para hacer "algo" que convocara, que pudiera invitar a la reflexión y que fuera relativamente poético. Así que me uní a ellxs y empezamos a intervenir en peñas leyendo poemas, nos metimos en algunas tertulias de carácter literario en Cartagena, algunas veces hicimos selección de textos para presentar medio performáticamente, improvisando con música y, en otras ocasiones, hicimos derechamente performance. Nos auto denominamos "los Choros del Canasto", colectivo poético de San Antonio que creció luego con la inclusión de Ramón.

Una vez hicimos una especie de fanzine tipo medio collage: los Frankenstein. Aquí estábamos en la Plaza Estrella de Llolleo,      en lo que fue el Festival de "Consciencia y Lucha".

La experiencia más linda que recuerdo fue cuando en "Rock and Dyr", el evento musical consciente que se ha organizado durante los últimos 10 años para proteger el bosque del avance portuario, el Pato pasó junto a todas las personas compartiendo el sonido de su cuenco. En un momento entre bandas, el Pato subió al escenario y puso el cuenco junto al micrófono. Nunca había sentido tanta atención de tanta gente con algo tan sencillo. Cuando aún no dejaba de sonar su cuenco, me puse a tocar la guitarra y mis compañerxs del colectivo fueron subiendo y leyendo poemas. En ese momento, hasta Florencia Smith subió y leyó con nosotros. 

Atrás se ve Firu, compañero de música que ese día tocó conmigo. También tocó Alesito pero no salió en la foto.

La cosa es que el 2015, cuando dejamos de ser los "Choros del Canasto", empezamos una mesa redonda para leernos críticamente en casa de Ramón. La primera vez fuimos varixs pero al final conformamos un equipo de 7: Pato, Miguel, Ramón, Kakín, Víctor, Héctor y yo. Al final del año, habíamos terminado de escribir cada uno un Poemario que dialogaba con los demás y que, en suma, llegó a ser un tiempo después La porfía de ser ciudad.

He compartido una selección de poemas del libro en la Ventana "La porfía de ser ciudad", para quien quiera hacerse una idea rápida del libro. Pero para lxs más interesadxs, dejo el Libro completo a continuación.

Lee "la porfía de ser ciudad" aquí