Mudo Réquiem para Amaury Ardouin

 "Yo soy la Loica... porque siempre estoy sufriendo del corazón", algo así fue lo que dijo Amaury cuando Sammy nos preguntó con qué pajarito nos identificábamos. Estábamos a días de grabar el "Ápice" y nos juntábamos en casa de Amaury para ensayar y pasar las tardes. Recuerdo que hizo un triángulo con los brazos en el pasto, con los codos y los dedos entrelazados y metió la nuca para pararse de cabeza. Yo no sé qué fue de su vitalidad porque no lo conocí lo suficiente y porque, entre medio, la pandemia hizo que no nos reencontráramos hasta un par de años después en Valparaíso.


(Set de percusión que usó Amaury para grabar las 3 canciones del "Ápice" con el Blindaje en Enero del 2020).

Lo vi bajando por la calle, pisando los adoquines. Llevaba los toms de la batería entre los brazos rumbo a la sala en Taller Blanco. Solo una vez estuvimos en esa misma sala fumando, comiendo y conversando sobre música. Amaury tomó un computador y abrió una serie de partituras llena de puntitos que hizo sonar con algún programa de esos que convierten la grafía del pentagrama en sonido audible y fue como si apareciera ante mí el verdadero Amaury: un ser complejo y detallista que componía canciones de otro planeta, ajenas a lo que suelo escuchar en todas partes y llenas de emoción, locura y maestría. Mis reacciones de sorpresa se sucedieron por varios minutos y nos reímos de la enorme claridad que tenía de los pasajes más sorpresivos de esas canciones extrañas que sonaban como ringtones y que por ahora descansan en su mudez original. Lamento tu muerte, Amaury, no solo por el valor que vi en tu música y en tus manos sino también porque creo que más allá de tu alegría y suavidad, nadie alcanzó a ver cuánto sangraba tu corazón en realidad.

(Foto de Amaury en su casa, tocando después de almorzar).

Este fin de semana que pasó, te fuiste y dejaste más viva la quemadura del silencio. Dejaste un cráter en tu casa, un volcán extinto del que habrá escapado un llanto quizás o, al menos, una huella pesada que no se va a borrar. Y aunque reinauguraste la certeza de que "todo amor es urgente porque nos vamos a morir", pienso también en el amor que a veces duele tanto y me permito maldecir su coyuntura cuando es fatal. Por ahora, me quedo con tu gracia y doy gracias por ella, por el paso que tuviste en mi vida y en la vida de las canciones que grabamos juntos. Yo que no puedo sino pensar en el terror de ver nuestros sueños metidos al fondo de los cajones, que no puedo sino pensar que esa es la derrota a la que nos empuja el capitalismo todos los días, agradezco la vitalidad y la victoria que compartimos hace 3 años y para siempre con el nacimiento que brotó de tus manos y que te pervive más acá del silencio de las cosas.


(Foto del patio de la casa).


"si no existiera el arte, ese gesto extremadamente delicado mediante el cual algunos seres plasman lo más puro y fino de sus vidas, probablemente la violencia, la destrucción, sería lo normal. No habría con qué contrastarlo" (Zurita en una Conferencia según una página web que encontré por ahí).

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