Canciones a color echas de sombra: "40 veces nadie"
Cuando era niño y vivía en Limache, había un hombre que pasaba todos los días por la calle Las Rosas. Siempre saludaba a mi abuelo y yo lo veía de reojo mientras jugaba entre las plantas. Pasaba por la calle de tierra hacia abajo y luego hacia arriba con los dos bastones de madera que usaba para caminar porque le faltaba una pierna desde la rodilla. Nunca lo conocí pero me llamaba mucho la atención y un día, cuando ya era adolescente, sentado en la casa de mis abuelos con la guitarra, lo vi pasar. Me reconectó con mi infancia y recién ahí pude entender que me daba miedo. En esos años yo estaba empezando a hacer canciones y sin quererlo mucho, fue saliendo una canción bien inocente para él que me demoré años en terminar. La toqué en algunas presentaciones en el 2009 en San Antonio. Recuerdo que improvisaba una parte de la canción porque no sabía bien qué decir aún. También me acuerdo de una ocasión en particular en la que se hizo una actividad infantil y canté esa canción enérgicamente porque en una parte decía que se llevaba "a los niños que se portan mal". Ese verso de la canción llamaba la atención de los niños que, aunque jugaban a unos metros de mí, me tiraban algunas miradas de reojo.
(Portada de "40 veces nadie", publicado en el solsticio de verano de diciembre de 2024).
En el año 2020, cuando partió la cuarentena, aparte de trabajar a distancia y de sobrellevar la vida doméstica con un niño y un bebé en casa, además de vivir los últimos meses de una relación que se caía a pedazos, quise aprender a tocar Ukelele. Me conseguí uno con Karina, una colega que vivía cerca y compuse 3 canciones. Me las arreglé para grabarlas como pude y me di cuenta de que eran muy inocentes o tal vez me di cuenta de que escondían en la aparente inocencia del sonido agudo de esas cuerdas, un callado temor que no alcanzaba a admitir. Entonces, espontáneamente se me vino esa antigua canción a la cabeza. También tenía un velo de inocencia que cubría un profundo temor. No sé muy bien a qué: tal vez a perder una pierna como ese hombre o tal vez era simplemente el miedo a morir que siendo muy joven aún no lograba comprender.
(En el 2020 puse 3 de estas 4 canciones en Soundcloud y las acompañé con este dibujo).
El año 2024, también de forma muy espontánea, me reencontré con esas canciones que quedaron como un testimonio ambiguo de una parte del encierro y las rescaté. Una de ellas, grabada en video con un teléfono, muestra casi todos los rincones de esa casa. Se escuchan voces entre la sombra. Para publicarlas, intenté masterizar esas mezclas artesanales que hice y armé una tercera obra: esta vez un EP de 4 canciones tocadas en las 4 cuerdas de un Ukelele durante la Cuarentena al que llamé "40 veces nadie", en referencia a un poema de Gonzalo Rojas. Le hice una portada con una foto que encontré también del año 2020 en la que 4 sombras se ven saliendo de un túnel. Más allá de si me gusta o no el resultado, me sorprende mirar atrás y darme cuenta de que las cosas que al final perduran, son las que salen así de repente, como dice el poema de Rojas. Que así como un temor de niño se fue convirtiendo en canción lentamente y sin haberlo planeado durante 15 años, 4 canciones que grabé velosísimo para aprender a tocar el Ukelele son hoy lo que tengo para compartir.
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